La fama del bubble tea en redes sociales y su lugar en la cultura pop no es pura casualidad. Lo que empezó como una bebida típica de Taiwán se ha convertido en todo un fenómeno global, presente en teterías, cafeterías, memes y hasta pasarelas.
Hoy en día, ver una foto de bubble tea en Instagram o un video en TikTok es casi tan común como ver un café latte o una selfie frente al espejo.
¿Pero cómo pasó de ser una bebida con perlas de tapioca a un símbolo de estilo de vida?
La respuesta está en una mezcla perfecta de estética, personalización, comunidad y cultura digital. Es colorido, divertido, se adapta a todos los gustos y, además, queda increíble en fotos; y eso, para las nuevas generaciones, vale mucho.
En este artículo te contamos cómo el bubble tea se volvió parte del lenguaje visual de internet, por qué conecta tan bien con Gen Z, y cómo marcas, influencers y comunidades lo han convertido en algo mucho más grande que una bebida.
Visualmente irresistible: Un must en redes sociales
Una de las claves del éxito del bubble tea en plataformas como Instagram y TikTok es su atractivo visual innegable.
Sus colores vibrantes, las capas degradadas como en los sabores frutales, y los elementos dinámicos, como las perlas de tapioca desplazándose por la pajilla, crean contenido “scrolleable” que es imposible ignorar.
Según ElectroIQ, el bubble tea destaca por su gran capacidad de personalización, desde la elección de la base hasta el nivel de azúcar y los toppings, y su estética fotogénica lo ha posicionado como la cuarta bebida de té más popular en el mundo.
Además, World Tea News resalta cómo su presentación innovadora, colores intensos, toppings creativos y packaging trendy, ha sido un “motor de crecimiento” en redes.
Generación Z como motor imparable
Este artículo por la Universidad de Michigan muestra cómo 94 % de los jóvenes entre 20 y 29 años consume bubble tea al menos una vez cada tres meses. Esta bebida, originaria de Asia y popularizada a nivel global, se ha consolidado como una elección frecuente entre los consumidores jóvenes, especialmente por su versatilidad, sabor y experiencia visual.
Cada vez más jóvenes integran el bubble tea en su día a día, no como un simple antojo, sino como parte de su estilo de vida. Lejos de ser una moda pasajera, esta bebida se ha vuelto un hábito regular que refleja sus gustos, intereses y prioridades.
Su popularidad entre la Generación Z está profundamente conectada con lo que esta generación valora: la posibilidad de personalizar lo que consumen, optar por alternativas más saludables, cuidar el impacto ambiental y, por supuesto, elegir productos que sean visualmente atractivos. El bubble tea cumple con todos estos criterios, y por eso no solo se consume, sino que también se comparte y se celebra en redes sociales, donde su apariencia colorida y creativa lo ha convertido en un símbolo de identidad y expresión personal.
Influencers y “digital tastemakers”
Los jóvenes de la Generación Z prioriza la creatividad tanto en platillos como bebidas, la estética es fundamental para ser compartidos en redes sociales. Especialmente cuando se trata de probar nuevos alimentos y bebidas.
Una parte considerable de estos jóvenes reconoce que su interés por ciertos productos surge después de ver publicaciones atractivas en plataformas como TikTok o Instagram.
TikTok, en particular, se ha consolidado como un canal determinante para marcar tendencias. Productos visualmente atractivos, también llamados ‘instagrameables’, suelen experimentar un crecimiento explosivo en ventas tras hacerse virales, como fue el caso de los vasos Stanley.
Hashtags como #BubbleTea acumulan miles de millones de vistas, convirtiéndose en una vitrina constante de colores, texturas y creatividad.
Esta exposición constante en redes no solo impulsa la curiosidad, sino que refuerza su presencia como parte de la cultura visual y digital de toda una generación.
El bubble tea ha trascendido su origen como una simple bebida asiática para convertirse en un ícono cultural global, especialmente entre la Generación Z. Su éxito se basa en una combinación irresistible de estética visual, posibilidades de personalización y una fuerte presencia en plataformas digitales.
Más allá de su sabor, el bubble tea representa una forma de expresión, pertenencia y estilo de vida en el ecosistema digital.
Su auge en redes sociales, impulsado por influencers y comunidades jóvenes, demuestra cómo una bebida puede transformarse en fenómeno cultural cuando conecta con los valores, intereses y hábitos de una generación marcada por la creatividad, la imagen y la conexión constante.
En el universo visual y participativo de internet, el bubble tea no solo se bebe: se comparte, se muestra y se vive.